miércoles, 17 de febrero de 2010

El policia salsero I

Sí. Un madero aficionado a la salsa con el que había quedado un par de veces para bailar. Hay gente que dice que el amor es un deporte de contacto. La salsa también.

Llevábamos horas bailando sin parar, en un intercambio de dinamismo sexual al más puro ritual de flirteo, pero nada nos había conducido a algo más. Roces sensuales pero contenidos estrictamente dentro de la coreografía cubana. No entendía qué fallaba. Movía mi culo como si la selección natural de Darwin palpitase en mi sangre indicándome qué hacer ante el macho alfa de la manada. Siglos de contoneo de caderas no estaban dando resultado. ¿Qué es lo que fallaba?

Hasta que ocurrió. El se acercó a mi cara y sí, el tiempo se detuvo. Roce de mejillas sensual, acercamiento casual de labios y …de nuevo roce de mejillas…labios que se acercan otra vez y …más masaje facial y ahora… sí. Por fín…ya llega el beso!! Y…no, otra vez no. De nuevo su cara contra mi cara mientras las bocas se alejan sin encontrarse. No entiendo muy bien el ritual y empiezo a cansarme hasta que por fin, nuestras bocas se encuentran y justo cuando pienso que la pasión va a encenderse entre nuestros labios, se queda quieto en mi boca y pienso “¿hola?”. Entonces él, con una sonrisa, gira su cara y me besa en la mejilla. El rechazo suena estrepitoso entre los bongos cubanos y el repique del tambor. No tenía nada que hacer. O al menos eso pensé hasta que el polvo en el coche me quitó la razón.

Horas después él me explicaría que esa era su forma de alargar los buenos momentos, para disfrutarlos más, para intensificar la espera. Desde luego, para cualquiera, si los labios están tan cerca y después de varios minutos de tensión sexual buscando ese beso, la otra persona te acaba dando un beso en la mejilla, eso, eso es un rechazo de manual. Cualquiera se hubiera sentido vencido y hundido y habría dado por perdida la presa. Para él… había sido la master class de las técnicas de seducción modernas.

Mientras él seguía explicando su hazaña, mi boca respondía: “Ajá” mientras mi cabeza no podía dejar de pensar que de haber tenido yo coche, tras el beso en la mejilla, a mis ojos rechazada, hubiera cogido el coche y me hubiera vuelto a casa sola alargando ese momento mucho, pero mucho, mucho. (continuará)

2 comentarios:

  1. Masaje facial, jajajaja
    Qué recuerdos!!
    Pero es todo ficción, claro, claro...

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  2. Lo de orientadores es xq uso la cuenta del grupo de trabajo de los orientadores de mi zona, que no tengo otra de gmail :P
    Pero sabes quien soy, que es lo importante

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Si vas a comentar... no seas cabrón o cabrona que te echo al saco y te hago una historia:P